Estrés – Un arma de doble filo

El estrés implica una comunicación bidireccional entre el sistema nervioso, dirigido por el cerebro y los sistemas cardiovascular, inmunológico y otros. El sistema nervioso central (SNC) controla la respuesta de "lucha o huida". Todo comienza en el cerebro con el hipotálamo, que activa las glándulas suprarrenales para liberar las hormonas del estrés, adrenalina y cortisol. Aceleran los latidos del corazón y envían la sangre a donde más se necesita: los músculos, el corazón y otros órganos vitales. Estas hormonas del estrés ayudan a sobrellevar la situación. Una vez que la crisis ha pasado, el hipotálamo le dice a todos los sistemas que vuelvan a la normalidad. Sin embargo, si el factor estresante continúa y se convierte en una tensión continua o repetitiva, puede poner en grave riesgo la salud de cualquier persona.

Sin embargo, la situación emocional personal es el factor decisivo. Es más fácil manejar de mejor forma las situaciones exigentes con buen ánimo. Pero esto también va en sentido contrario. Con un enfoque negativo y pesimista, esa situación podría ser demasiado difícil de manejar. Luego, una cosa lleva a la otra, e incluso las más mínimas perturbaciones causan tensión y nerviosismo. La frecuencia y la consistencia del estrés también son factores importantes.

¿Qué ayuda contra el estrés?

Es imposible evitar los momentos estresantes por completo porque es parte de la vida, pero hay medidas sencillas que pueden ayudar a hacer frente a la presión, la tensión y el nerviosismo. La solución ideal es detener los factores estresantes o los factores que causan estos sentimientos. Cuando se trata de estrés, a menudo es más fácil decirlo que hacerlo. Hay formas saludables de manejar el estrés que ayudan a recuperarse.

La Organización Mundial de la Salud clasificó el estrés como la epidemia de salud del siglo XXI.2 Sin embargo, actualmente no existen pautas adecuadas y basadas en la evidencia para manejar los problemas y trastornos relacionados con el estrés, y sigue existiendo una gran necesidad médica de tales tratamientos. Por el contrario, las guías internacionales abordan los trastornos del sueño relacionados y hay varios tratamientos recomendados.

Terapia cognitivo-conductual (TCC)

El tratamiento de los síntomas de estrés, como el nerviosismo, la inquietud, la ansiedad y el insomnio, sigue siendo un reto debido a su complejidad y a sus diversos orígenes. Las directrices europeas y estadounidenses recomiendan la terapia cognitivo-conductual (TCC) como tratamiento de primera línea para el insomnio y algunos trastornos de ansiedad. La TCC es una forma de tratamiento psicológico que ha demostrado ser eficaz. La terapia puede incluir higiene del sueño, entrenamiento de relajación, terapia de control de estímulos, técnica de restricción del sueño y terapia cognitiva. La TCC se basa en el concepto de que no son solo los eventos de la vida los que causan estrés, sino también los pensamientos relacionados con estos eventos. Se basa en la premisa de que los pensamientos, los sentimientos y las acciones están interconectados.

Abordaje farmacológico

Hay relativamente pocos tratamientos farmacológicos recomendados a corto plazo para el estrés, la inquietud nerviosa y el insomnio resultante. Un número cada vez mayor de personas busca ayuda de medicamentos farmacológicos para aliviar el estrés. Sin embargo, estos medicamentos pueden ser problemáticos debido a los efectos secundarios no deseados, especialmente para su uso a largo plazo. Estos fármacos son eficaces, pero se asocian a una sedación diurna no deseada (el llamado "efecto resaca"), deterioro cognitivo y desarrollo de tolerancia, lo que lleva a una reducción de la eficacia. Algunos de ellos también pueden conducir a la adicción. 

Enfoque de la medicina natural

Los medicamentos naturales se utilizan ampliamente como alternativas seguras a los medicamentos convencionales. Se han evaluado varias preparaciones herbales únicas para la inquietud nerviosa, el insomnio resultante y afecciones relacionadas, como la ansiedad. Los estudios clínicos han demostrado que la medicina natural trata eficazmente los trastornos relacionados con el estrés sin efectos adversos, como la adicción o los déficits de concentración. Los medicamentos naturales para la inquietud nerviosa y los trastornos del sueño incluyen preparaciones de hierbas únicas; los actualmente aprobados en Europa son la valeriana, el lúpulo, la hoja de melisa, la passiflora, la avena, el aceite de lavanda y la hierba de San Juan. La valeriana es el producto herbal más utilizado para tratar la inquietud nerviosa y los trastornos del sueño tanto en los Estados Unidos como en Europa. Existe cierta evidencia que sugiere que la valeriana podría mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, la valeriana mostró un inicio gradual de acción: en algunos estudios, los efectos beneficiosos de la valeriana no se observaron hasta después de 2-4 semanas, se ha observado sedación diurna residual en dosis altas y faltan datos de seguridad a largo plazo.3 Los estudios muestran que otros medicamentos naturales son más efectivos para tratar el nerviosismo, la inquietud y el insomnio resultante que la valeriana. Otros ingredientes naturales como la passiflora morada, la avena común, la planta de café y el valerianato de zinc son tradicionalmente conocidos por afectar el estrés y los trastornos del sueño.